La diversidad en la escuela es una problemática compleja y a la vez desafiante que invita a reflexionar sobre las dinámicas del aprendizaje y a idear nuevas estrategias para acompañar a cada alumno.
“En un aula con 30 estudiantes, tenemos 30 personas que aprenden de manera diferente”, asegura la psicopedagoga especializada en neuropsicología del aprendizaje y educación emocional, Soledad Barreto.
En diálogo con AIRE, la profesional explica que actualmente en las escuelas se habla de aulas heterogéneas y de neurodiversidad y que esto necesariamente implica que muchos chicos necesitan distintos apoyos.
Los tipos de dificultades de aprendizaje que pueden presentar los estudiantes son -entre otras- atencionales, de memoria, visoperceptivas, en las habilidades académicas o conductuales.
Perfiles cognitivos
Soledad Barreto es experta en Gestión de las Dificultades del Aprendizaje y Atención a la Diversidad, cuenta con una maestría en la materia. En consultorio, hace evaluaciones neuropsicológicas para niños y adolescentes que enfrentan desafíos en el neurodesarrollo.
Además, comparte valiosas herramientas y recursos pedagógicos en su cuenta de Instagram @sole_psicope. Desde su formación, explica qué son los perfiles cognitivos y cuál es la importancia de reconocerlos a la hora de enseñar.
“Se trata de las características que tiene una persona para conocer y aprender, entendiendo que todos tenemos fortalezas y desafíos. Al hablar de perfiles cognitivos, estamos hablando de diversidad, de distintas maneras de aprender, sin la necesidad de estar frente a una patología. En cambio, cuando hablamos de trastornos neurocognitivos, estamos haciendo referencia a diagnósticos”.
“Hay características en común -agrega- que presentan los perfiles cognitivos con ciertos desafíos en el neurodesarrollo, lo cual puede concluir en un diagnóstico, si cumple con los criterios. Sin embargo, conocer el diagnóstico de una persona no brinda la información completa para saber cómo aprende o cómo aprende mejor; esto se logra al tener conocimiento de sus puntos fuertes y desafíos y de los apoyos que requiere".
A su criterio, "cuanto más conocimiento tengamos de un niño, mejor podremos prevenir, intervenir y orientar para que pueda mejorar su calidad de vida”.
Otro punto a destacar es que no todos los chicos con dificultades en el aprendizaje de lectura, la escritura o los cálculos desarrollan un trastorno específico. “La persona puede presentar retraso en la adquisición de las habilidades académicas y, al recibir la enseñanza explícita y estimulación, lograr nivelarse en lo esperable para su edad", indicó.
Y siguió: "Las dificultades en el aprendizaje pueden ser específicas o ser consecuencia de factores o dificultades externas a la persona. Un gran ejemplo de esto fue lo que sucedió en la pandemia y los efectos que se observaron a posteriori”, explicó la psicopedagoga.
Aulas heterogéneas
Surge entonces la pregunta: ¿Cuáles son los desafíos que la diversidad plantea a la educación en la actualidad? Según Barreto, el gran reto de la escuela hoy es educar en la diversidad.
“Por un lado -explica- el sistema actual sigue muy arraigado a elementos y recursos tradicionales que distan bastante del modelo de estudiantes que tenemos. Por otra parte, es necesario ofrecer oportunidades de aprendizaje para esas aulas heterogéneas que requieren de recurso humano formado y actualizado permanentemente”.
Además, agrega que es importante que los docentes conozcan y tengan en cuenta la diversidad del aula para poder generar distintos procesos de enseñanza. Al ofrecer a los alumnos aprendizajes multisensoriales -auditivos, visuales o kinestésicos- se hace posible la intervención en los distintos perfiles cognitivos.
A la vez, se pueden presentar alternativas para que cada uno pueda mostrar lo que sabe de acuerdo a sus fortalezas: de forma oral, en una prueba escrita, mediante cuadros o hasta con una maqueta.
En el mismo sentido, para finalizar, la profesional explica la importancia que tiene para las instituciones educativas el hecho de contar en todos sus niveles con psicopedagogos que acompañen y orienten los procesos de enseñanza-aprendizaje, trabajando en conjunto con el equipo directivo, los docentes, las familias y los profesionales externos que acompañen a los estudiantes.
“El objetivo es que los chicos puedan lograr aprendizajes significativos y con sentido, que sean productores de su propio futuro y protagonistas de su proyecto de vida”, concluye.
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