Esse: un emprendimiento que nació en familia
Lo que comenzó como un pequeño taller de fundición en el patio de una casa, con el esfuerzo de un matrimonio, se transformó en una empresa que emplea a más de 400 personas y abastece a varios países. Desde sus inicios, Essen se destacó por su compromiso con la calidad y la durabilidad de sus productos.
"Mi abuelo y mi abuela fundían aluminio en el patio de su casa. Siempre hubo una mujer y un hombre en esta historia. Primero mi abuelo y mi abuela, después mi papá y mi mamá, y ahora estamos mi hermano y yo", relató Yasci, resaltando la fuerte impronta familiar que ha caracterizado a la empresa desde sus orígenes.
El camino de Essen no fue fácil. Según contó Yasci, su padre viajó a Estados Unidos en busca de nuevas ideas y descubrió un tipo de cacerola de aluminio que llamó su atención. Inspirado en este hallazgo, regresó a Argentina y comenzó a desarrollar el producto que hoy es un sello de la marca.
"Le llevó tres años fabricar las primeras cacerolas. No había Google para preguntar cómo hacerlo, ni tutoriales en YouTube. Fue todo prueba y error. Cuando finalmente lo lograron, intentaron venderlas en un bazar, pero nadie las compraba porque eran 'feas, caras y pesadas'. Hicieron un estudio de mercado y la conclusión fue que el producto no iba a funcionar", recordó Yasci.
Pero la historia no terminó ahí. Fue su madre quien, casi sin quererlo, encontró la clave del éxito: la venta directa y las demostraciones en vivo. "Ella fue a una clase de cocina y vio cómo una vendedora ofrecía productos de contenedores de plástico. Mi mamá compró un montón de cosas y mi papá no podía creerlo. Así descubrieron que la mejor manera de vender Essen era mostrando cómo funcionaban las ollas", explicó.
El valor de la cocina y la tradición
A lo largo de los años, Essen se convirtió en mucho más que una marca de utensilios de cocina. Sus productos se han transformado en símbolos de momentos familiares, de recetas transmitidas de generación en generación y de recuerdos compartidos alrededor de la mesa.
"Más que la cacerola en sí, lo importante es lo que sucede alrededor: los momentos en familia, con la abuela, la salsita de mamá, el juntarse a comer. Se trata de eso, de los momentos que pasamos juntos", expresó Yasci, dejando en claro que Essen no solo vende productos, sino que forma parte de la vida de sus clientes.
Essen y el plan de canje para honrar las historias detrás de cada olla
Consciente de la longevidad y calidad de sus productos, la empresa implementó un plan de canje, en el que los clientes pueden entregar sus antiguas cacerolas para recibir nuevas.
"Mi papá decía que somos nuestra propia competencia porque nuestras ollas son eternas. Así surgió el plan de canje. Y les cuento que hay cacerolas que llegan con cartas de despedida adentro, escritas por las personas que las usaron por años. Es un vínculo muy especial el que se genera con nuestros productos", relató emocionada.
Innovación y compromiso con la sustentabilidad
Essen sigue apostando por la innovación y la sustentabilidad. La empresa trabaja en programas de reciclaje y reutilización de materiales, reafirmando su compromiso con el cuidado del medioambiente.
Además, el modelo de negocio basado en la venta directa ha permitido que miles de mujeres emprendedoras puedan desarrollar su propio negocio. "La venta de Essen ha sido una herramienta de independencia económica para muchas mujeres, que han logrado generar sus propios ingresos gracias a nuestra red de ventas", destacó Yasci.
Orgullo santafesino y argentino
Pese a su alcance internacional, Essen mantiene su esencia bien arraigada en Venado Tuerto. "Somos de Venado Tuerto, del sur de Santa Fe, y estamos orgullosos de ser una empresa 100% argentina que ha llegado a tantos hogares y ha sido parte de tantos recuerdos", expresó.
Con casi medio siglo de historia, Essen sigue demostrando que la combinación de calidad, tradición y pasión puede convertir un simple utensilio de cocina en un símbolo de identidad y un legado que se hereda de generación en generación.