"Es la estocada final para el malísimo estado en el que se encuentran las rutas", afirmó el funcionario, horas después que se conoció la medida. Si bien la decisión del Gobierno Nacional de abandonar la obra pública se repite en todo el país, en Santa Fe son innumerables la cantidad de reuniones que se hicieron para evitar esta situación.
Según Enrico, la decisión implica que "los más de 40 mil kilómetros de rutas nacionales quedan a la deriva, sin las reparaciones necesarias, sin mantenimiento, bacheo, iluminación, corte de pasto. Es decir, al estado de rotura generalizado que tienen los caminos, se suma esta situación a futuro. Con esta medida, el gobierno nacional dice: a las rutas no las vamos a reparar".
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Críticas a Javier Milei
El ministro remarcó la gravedad de la medida y pidió que la sociedad se movilice: "Es un tema muy grave que nos tiene que encontrar a todos de pie y unidos, no podemos seguir permitiendo que de todos los impuestos nacionales que pagamos como el IVA, ganancias, bienes personales, retenciones, el impuesto a los combustibles que está destinado a la reparación de las rutas, vuelva tan poco. Por estas vías se transporta gran parte de la riqueza de nuestro país".
Enrico advirtió que la suspensión de los contratos pone en riesgo la vida de los ciudadanos y criticó el centralismo del gobierno nacional: "Esta decisión pone en peligro la vida de millones de personas, todos los días, algo que en el gobierno del presidente Javier Milei no se percibe porque hay una mirada muy concentrada en Capital Federal, y no tienen un índice de realidad de lo que ocurre de la General Paz hacia afuera. Los que vivimos en el interior sabemos que todos los días millones de argentinos transitan por estas rutas y al hacerlo ponen en peligro sus vidas. En los 2.685 kilómetros que hay en Santa Fe se registra 1 muerto cada 19 kilómetros por año, estas rutas son verdaderas trampas mortales".
Finalmente, el funcionario provincial instó al gobierno a reconsiderar su postura o ceder el mantenimiento a las provincias: "No hay política de seguridad vial en el mundo que funcione con rutas abandonadas y no hay país en el mundo que pueda mantener sus rutas sin inversión del Estado. Si este gobierno nacional no sabe, no quiere o no puede reparar las rutas, que las ceda a las provincias para poder planificar un esquema de mantenimiento".