Corea del Sur, famoso por su cultura, gastronomía, tecnología, moda y música, en los últimos años conquistó a miles de personas en todo el mundo. Con el tiempo, muchos de ellos transformaron su admiración en un sueño: viajar y aprender de primera mano en este país.
Ese fue el caso de Claribel Pajón. Nacida en Esperanza, Santa Fe, convirtió su pasión por la cultura coreana en un estilo de vida. Desde el descubrimiento de este género musical y su pasión por el periodismo, su interés por el K-pop y la sociedad surcoreana, la llevó a incursionar en el tema y a seguir un gran sueño.
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Vivir en Corea del Sur no solo le permitió cumplir su sueño, sino también conocer personas de distintas partes del mundo y crear lazos que trascienden fronteras.
Un camino marcado por la pasión y el fanatismo
Su amor por la cultura coreana, y todo lo que se encuentra ligado a ella, comenzó de una forma inesperada y espontánea. “Siempre admiré a mi hermana y quería que me gustaran las mismas cosas que a ella, como la cultura japonesa”, inició recordando sobre su primer acercamiento.
“En 2007, cuando recién teníamos Internet en casa, quise sorprenderla buscando un grupo japonés. Encontré uno con 13 integrantes que cantaban y bailaban increíble, pero tras ese intento, nos dimos cuenta de que no eran de Japón, sino de Corea del Sur”.
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Lo que comenzó como un simple intento de sorprender a su hermana terminó despertando una pasión que la llevó a descubrir y enamorarse de la cultura coreana.
“Recuerdo que pensé: ‘¿Dónde queda Corea del Sur?’, y partir de ahí me obsesioné y me atrapó por completo. Todo era diferente: la comida, la sociedad, la música. Así empezó mi amor por el país, que fue creciendo hasta convertirse en una parte muy importante de mi vida”.
Con los años, Claribel, decidió estudiar la tecnicatura en Periodismo Integral y Deportivo en Santa Fe y, en 2021, la licenciatura en Periodismo en la Universidad de Concepción del Uruguay.
Una de sus profesoras la incentivó a escribir sobre la cultura surcoreana y el K-pop, lo que la llevó a profundizar aún más en el tema. Gracias a ese impulso, creó K-pop Frito, un proyecto donde comenzó a compartir noticias y análisis sobre la industria musical surcoreana.
En su paso por el periodismo, Claribel trabajó en AIRE y su presencia no pasó desapercibida, participando en programas donde combinaba información con un estilo fresco y cercano, lo que le permitió conectar con una audiencia cada vez más amplia.
El gran salto a Corea del Sur
El deseo de conocer Corea del Sur permaneció intacto a lo largo de los años. Después de varios intentos fallidos para acceder a una beca que le permitiera vivir y estudiar allí, en 2024 finalmente logró ser aceptada en GKS (Global Korea Scholarship), con la que estudiará por tres años un máster en edición y producción de video.
Tras llegar al país surcoreano, comenzó uno de los desafíos más grandes: adaptarse una sociedad completamente distinta, con un idioma y una rutina que la obligaron a salir de su zona de confort.
El mate, un fiel compañero en el extranjero
Desde el primer día en Corea del Sur, el mate se convirtió en un símbolo de identidad y un puente cultural para Claribel, el cual le permitió tener numerosas anécdotas y realizar nuevas amistades.
Más allá del gusto, el mate trajo una sensación de compañía y ritual. “Al mate lo considero como un fiel compañero, inseparable en el día a día”. Con cada cebada, el mate no solo le recordaba su hogar, sino que también le permitía compartir un pedacito de su cultura con quienes la rodeaban.
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Gracias a la beca GKS, Claribel cumplió el sueño de su vida y estudia en Corea del Sur, donde vivirá durante los próximos tres años.
A través de sus redes sociales, Claribel comparte el día a día de su vida en Corea del Sur, mostrando tanto los momentos únicos y emocionantes, como los desafíos que implica adaptarse a una cultura tan diferente. Desde anécdotas sobre el idioma hasta las diferencias en la vida cotidiana, su contenido refleja el lado más auténtico de la experiencia de vivir en el país que tanto admira.
De esta manera, se dio cuenta que, si bien la realidad puede ser distinta a lo que se muestra en las series, cada día en Corea del Sur es una oportunidad para seguir aprendiendo y creciendo.
Claribel Pajón no solo está estudiando en Corea del Sur, sino que vive un sueño que desde muy chica esperó cumplir. Su historia es un testimonio de cómo la pasión, combinada con el esfuerzo y la dedicación, puede transformar un interés en un camino de vida.
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