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Ansiedad en vacaciones: cómo evitar que los pensamientos intrusivos interrumpan el descanso

Para muchas personas, desconectarse del trabajo y disfrutar del tiempo libre puede convertirse en un desafío. Además, el síndrome postvacacional puede generar estrés antes de volver al día a día laboral. Estrategias clave para conectar con el presente, descansar y volver con energía renovada.

Una tarde de verano frente al mar puede arruinarse en cuestión de segundos por la ansiedad. “Solo faltan 4 días para volver al trabajo”, un pensamiento intrusivo que viene a recordarnos que ese momento ideal de vacaciones se termina pronto y llegarán nuevamente las rutinas, los horarios, las obligaciones y los pendientes.

Desconectar con el trabajo durante las vacaciones y evitar la ansiedad cuando retomamos nuestras actividades laborales pueden ser un desafío para muchas personas.

En diálogo con AIRE, la licenciada en psicología Guillermina Gagnetén explicó por qué se dan estas situaciones y qué estrategias podemos utilizar para disfrutar a pleno de las vacaciones.

“Por un lado, al pasar de un período laboral a uno de descanso, nuestro organismo necesita adaptarse al cambio y, como todo proceso de adaptación, no se da de un momento a otro sino de manera progresiva”, detalla Gagnetén.

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Y suma: “A veces nos pasa que venimos estresados por algo que nos preocupa mucho o por la presión que sentimos al pretender dejar todo resuelto para irnos tranquilos. Así, al tomar nuestras vacaciones seguimos en un permanente estado de alerta y con una sensación de tensión constante, agotamiento físico y mental, dificultades para dormir, irritabilidad, entre otros síntomas".

Semana Santa oración para combatir la ansiedad y encontrar la paz en Dios.png
Evitar la ansiedad cuando retomamos nuestras actividades laborales pueden ser un desafío para muchas personas.

Evitar la ansiedad cuando retomamos nuestras actividades laborales pueden ser un desafío para muchas personas.

La psicóloga explica que esta dificultad se presenta porque los momentos de tensión requieren altos niveles de cortisol -conocido como “la hormona del estrés- en sangre. Que estos niveles disminuyan y vuelvan a regularse, puede tomar unos días.

Desconectar para conectar: superar los pensamientos intrusivos

¿Cómo podemos evitar entonces que el estrés nos impida disfrutar de los días de descanso? Gagneten asegura que la clave está en predisponernos a vivir el momento presente: “Poner todos los sentidos al servicio de la paz que queremos lograr, así podemos recuperar la capacidad de asombro y atender a las pequeñas cosas que se nos presentan. Si estoy en una playa, en un parque o en mi casa, tratar de observar cada detalle del entorno, sentir los distintos aromas, escuchar cada sonido, entre otras cosas”.

Para esto –aclara– es necesario guardar el celular: "Dejar a un lado la tecnología es necesario para poner atención plena en cada detalle. Hoy en día, esto que parece tan simple nos cuesta muchísimo. Pero debemos concienciarnos de que, si no nos predisponemos mentalmente a disfrutar el presente, será muy difícil relajarnos”, sostiene.

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La psicóloga explica que el secreto está en conectar mente y cuerpo. No basta con irnos de viaje para estar de vacaciones, hace falta que nuestra cabeza se conecte con lo que estamos viviendo: “Nuestra realidad cambia cuando cambia nuestra forma de pensar. ¿Por qué? Porque mis emociones, y por lo tanto mi forma de reaccionar y actuar, van a depender de cómo me hablo a mí mismo, es decir, de cómo interpreto las cosas que pasan y las traduzco en mi diálogo interno”.

Al pensar “solo me quedan 4 días”, podemos incrementar la sensación de ansiedad. Si, en cambio, pensamos en positivo y nos centramos en el presente, podemos decirnos: “qué placer tener estas vacaciones” o “soy afortunado por tener la posibilidad de descansar unos días”. De esta forma, probablemente podamos conectar con lo que estamos viviendo y disfrutarlo más.

Síndrome postvacacional: qué es y cómo evitarlo

Por otra parte, también pueden aparecer dificultades al momento de retomar la rutina. El síndrome postvacacional, o depresión postvacacional, es un proceso de estrés que algunas personas sufren al tener que readaptarse a la vida laboral y a las obligaciones diarias luego de las vacaciones.

Guillermina Gagnetén
Guillermina Gagnetén, psicóloga.

Guillermina Gagnetén, psicóloga.

“Este puede presentarse como un estado de debilidad generalizada, agotamiento físico y mental, dolor de cabeza, insomnio, somnolencia y dificultades para concentrarse durante el día, apatía, falta de tolerancia al trabajo con desmotivación y sentimiento de angustia que puede derivar en dificultades para desempeñar apropiadamente el trabajo y tomar decisiones”, detalla Gagneten.

En este sentido, la licenciada comparte algunas estrategias que se pueden implementar para preparar la vuelta al trabajo sin ansiedad:

  • Mantener una actitud positiva. Focalizar en todo lo bueno que tiene nuestro trabajo y en los aspectos que nos hacen sentir bien.
  • Cambiar la queja por nuevos propósitos. Ante lo que nos pesa, podemos enfocarnos en aquellas cosas que queremos fortalecer y superar.
  • Identificar las fuentes de estrés que se pueden eliminar, reducir o posponer. Evitar embarcarnos en actividades que no son realmente significativas o que podríamos hacerlas sin complicarnos tanto.
  • Si es posible, retomar el ritmo de trabajo progresivamente. Si nos vamos de viaje, volver unos días antes de reincorporarnos y acomodar poco a poco nuestra rutina.
  • Regularizar nuestro ritmo de sueño. Unos días antes de retomar las actividades laborales es conveniente recuperar nuestros hábitos de descanso. Así vamos a estar en mejores condiciones de atender a los temas que pueden ser fuente de ansiedad en el trabajo.
  • Un pendiente a la vez. Desglosar un problema grande o complejo en pequeñas partes, nos puede ayudar a enfrentarlo y resolverlo sin tanto estrés.
  • Distinguir entre lo urgente y lo importante. Hay cosas que debemos resolver cuanto antes; algunas son importantes y merecen nuestra dedicación pero pueden esperar; y otras son urgentes y/o importantes pero podemos delegarlas. Si es posible, pidamos ayuda.
  • Hacer actividad física. Está demostrado que hacer deporte ayuda a potenciar las conexiones neuronales, lo que nos va a ayudar a concentrarnos y conectarnos de nuevo con nuestras tareas laborales.
  • Dar lugar a los que nos hace bien. Aunque hayamos retomado la rutina diaria, no dejemos de buscar hobbys o momentos agradables para distendernos, son realmente necesarios para oxigenar nuestro cerebro.

Implementar todas o algunas de estas ideas pueden ayudarnos no solamente a disfrutar de las vacaciones y relajarnos; sino también a volver al trabajo y las rutinas con la energía renovada y un mejor equilibrio emocional.