Un pedido de Informes aprobado este jueves por la Cámara de Diputados de la provincia de Santa Fe pretende obtener datos oficiales sobre nacimientos de niños con síntomas de abstinencia (SAN) en la provincia.
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Consumo de drogas, embarazos y bebés con abstinencia
Mediante el pedido de Informes -presentado por el bloque de diputados Somos Vida-, se busca saber si hay estadísticas recientes sobre la cantidad de nacimientos de niños con síntomas de abstinencia en la provincia y si se identificaron las áreas o localidades donde se han detectado más casos.
También se pretende conocer el análisis de las principales causas que han llevado al aumento de estos casos y los factores socioeconómicos y de salud que contribuyen a esta problemática.
Además, se le consulta a la Provincia sobre procedimientos y criterios utilizados para la detección y diagnóstico de síntomas de abstinencia en recién nacidos y cuáles son las instituciones y profesionales involucrados en el proceso de diagnóstico. En el mismo sentido, se pide una descripción de las medidas y programas implementados para mitigar las consecuencias de la abstinencia en recién nacidos, se solicita información sobre los tratamientos disponibles y su efectividad y que se enumeren las iniciativas de apoyo a las madres y familias afectadas.
Aumento significativo del consumo durante el embarazo
Datos de las maternidades de Córdoba, Santa Fe, Rosario y Buenos Aires reflejan un aumento significativo del consumo durante el embarazo y los consiguientes efectos en los recién nacidos. Desde malformaciones cardíacas hasta retrasos mentales, muchos niños y niñas quedan con graves secuelas.
Las principales maternidades de las tres provincias más grandes del país registran un aumento significativo de muestras positivas tanto en embarazadas como en recién nacidos. Referentes de esos centros aclaran que esta suba puede darse por dos motivos: por un lado, más mujeres consumen sustancias de abuso. Por otro, estos casos se detectan más. Dos caras de la misma moneda.
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En Rosario, la maternidad Martin –el centro público con más partos en la ciudad más habitada de la provincia de Santa Fe– registró un aumento significativo. En 5 años, las muestras positivas en embarazadas crecieron un 189%, según datos a los que accedió Ruido.
En 2019 se reportaron 3.169 partos, de los cuales 28 mujeres estuvieron expuestas a drogas (el 0,9%). En 2023 se asistieron 3.129 nacimientos, de los cuales 81 fueron madres positivas para alguna sustancia de abuso. El porcentaje subió al 2,6%. Allí se registran alrededor de siete casos por mes.
“Pensamos que además de aumentar el consumo, mejoró nuestro registro”, indicó Gabriela Puig, jefa de esa maternidad. La especialista alertó que “hay una idea errónea de que consumir marihuana no hace nada”.
También en Rosario –en el hospital municipal Roque Sáenz Peña– el 1,7% de los niños y niñas nacen expuestos al menos una droga de abuso. En 2023 se asistieron 1.361 partos, de los cuales en 24 se encontró una sustancia o más.
En tanto, en Santa Fe capital, el Hospital José María Cullen reportó un aumento del 128% de casos positivos en apenas un año. En 2022 se atendieron 2.308 alumbramientos, de los cuales 21 fueron madres expuestas a drogas. En 2023 se asistió a una cifra equivalente de partos (2.348 en total) pero los casos positivos aumentaron más del doble (48).
¿Qué se consume y cuánto?
La cocaína es la sustancia que más se detecta en las muestras de embarazadas y bebés en las principales maternidades del país. Además, es la que más síntomas provoca en el recién nacido (un llanto persistente o irritabilidad). Eso llama la atención a los pediatras y los motiva a pedir estudios.
Por otra parte, esta droga se detecta más –en los métodos de diagnósticos convencionales– que el alcohol, por ejemplo.
En la provincia de Santa Fe, las sustancias que más se encontraron fueron cocaína y marihuana. Aunque también hay algunos casos de LSD u otro tipo de drogas.
“Muchas madres no saben lo que consumen. Te dicen marihuana, pero en los estudios también sale cocaína porque circulan muchas sustancias que no son puras”, explicó Vanesa Ríos, jefa de Neonatología del Hospital Municipal de Rosario.
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Por lo general, los embarazos en niñas y adolescentes son no deseados.
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Especialistas advierten que cada vez se consumen más sustancias mezcladas, incluidos medicamentos, como las benzodiacepinas y el paracetamol. En dispensarios es frecuente la cocaína “fumable” y pasta base que se conoce como “pipazo”.
Primera causa prevenible de retraso mental
La ingesta de alcohol, drogas o medicamentos no recetados durante el embarazo provoca consecuencias alarmantes en los recién nacidos.
Aunque no existe un diagnóstico específico, estos niños pueden presentar desde decaimiento hasta irritación extrema. Todo depende de la cantidad, calidad y frecuencia de lo consumido durante la gestación.
Cecilia Criscione, pediatra del hospital Iturraspe de Santa Fe, explica que las consecuencias pueden darse a corto y largo plazo. Las complicaciones más visibles son aborto, muerte fetal, parto prematuro, bajo peso al nacer, alteraciones cardíacas e intestinales, malformaciones y síndrome de abstinencia.
El estudio de la Maternidad provincial de Córdoba señala que, muchas veces, esas consecuencias son “irreversibles, pero sí prevenibles”.
En el país no existe un protocolo que unifique un método de detección sensible en todos los hospitales. Tampoco hay estudios poblacionales para conocer la prevalencia del consumo en personas gestantes.
Uno de los principales desafíos es mejorar los controles de embarazo, ya que muchas mujeres llegan al parto “a ciegas”.
Un estigma difícil de erradicar
Cualquier mirada que esquive a la mujer se quedará miope. Vulnerabilidad, pobreza –y en algunos casos, abusos– son realidades presentes en la Argentina de hoy.
Patricia Chialvo, ex secretaria de Niñez de Santa Fe, advirtió que “cuando hay un contexto narco, es muy difícil la recuperación” y sostuvo que para las mujeres “alejarse de ese contexto significa un riesgo de vida”.
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“La situación de vulnerabilidad lleva a muchas mujeres a no realizarse controles durante el embarazo por distintos destratos que sufren en los hospitales, como el miedo a ser denunciadas, que las aparten de sus bebés o simplemente una atención hostil”, advierten trabajadoras sociales del municipio de Tigre.
Las profesionales alertan sobre la falta de formación y conexión con el área de salud. “Es necesario sensibilizar estas cuestiones y entender las múltiples causas que llevan a una mujer al consumo”, explicó una trabajadora social del municipio.
Las intoxicaciones pediátricas por drogas de abuso (DAB) representan un fenómeno complejo y un desafío para la salud pública, destaca un análisis realizado por el Laboratorio de Asesoramiento Toxicológico Analítico (Cenatoxa) de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
El estudio advierte que es un desafío dada la susceptibilidad de esta población y las posibles implicancias legales. “La identificación temprana de estos casos se convierte en un componente esencial para el diagnóstico”, sostiene el estudio, al tiempo que destaca la necesidad de un abordaje interdisciplinario entre las áreas de salud, servicio social y legales.
“La prevención debe hacerse antes. Si esperamos al parto, llegaremos tarde”, advierte Richard. El seguimiento de los niños que nacen con alteraciones neurológicas es otra deuda, ya que estos efectos son sutiles y duraderos.
¿Y los casos que pasan desapercibidos? Con la unificación de un criterio y un método de diagnóstico más sensible (como el test de meconio) se puede llegar a obtener una muestra más representativa de la población.
De lo que no caben dudas es que el consumo está creciendo y que cada vez hay más niños y niñas afectadas.