En ningún momento nombró al gobernador santafesino Maximiliano Pullaro, sino que hizo acreedor de la baja de la violencia en esta ciudad a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, con el llamado Plan Bandera.
Milei usó a Rosario como contraste de lo que sucede hoy en la provincia de Buenos Aires, donde la violencia golpea como en los momentos más críticos en Santa Fe, aunque las estadísticas nunca son fiables en ese territorio, donde, de acuerdo a datos oficiales, se produjo en 2024 un crimen cada cuatro días.
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Javier Milei dio un discurso de una hora y diez minutos en el Congreso de la Nación.
“En materia de seguridad nacional, bajo el liderazgo de la doctora Bullrich, durante 2024 vimos el índice de homicidio más bajo de los últimos 25 años, habiéndolo bajado once puntos en comparación a 2023. Es decir que tuvimos el índice de homicidios más bajo de Sudamérica”, detalló Milei en su discurso en el plano nacional.
Y luego, buscó que las estadísticas de la baja de asesinatos en Rosario sirvieran como un argumento potente para marcar la diferencia con el pasado, una de las estrategias que el presidente buscó a lo largo de su alocución instalar.
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“En Rosario, una ciudad que estaba completamente atormentada por el narcotráfico, gracias al Plan Bandera encabezado por la ministra vimos el índice de criminalidad más bajo desde 2006, con menos de cien crímenes registrados. En definitiva, gracias ministra Bullrich por devolvernos el orden y la paz y la seguridad a los argentinos de bien para que sea un infierno para los delincuentes”, aseguró el Jefe de Estado en el discurso inaugural en la Asamblea Legislativa, que se transmitió por cadena nacional por segunda vez y no dio los resultados esperados en el rating.
Ley Antimafias: "El que las hace, las paga”
Otro de los puntos que destacó Milei pasó por las leyes que se aprobaron en materia de seguridad en el Congreso, como la llamada ley Antimafia, que generó hace dos semanas elogios del gobernador santafesino y del ministro de Seguridad, Pablo Coccoccioni. “También aprobamos los proyectos de reiterancia y reincidencia, junto a la Ley Antimafias para fortalecer un principio universal que durante tanto tiempo estuvo olvidado en estas tierras: el que las hace, las paga”, dijo para rematar con ese latiguillo que extirpó de la campaña y que usaba la ministra Patricia Bullrich.
En otro tramo del discurso, el presidente también se refirió al sistema acusatorio que se comenzó a implementar en varias provincias, y que tuvo a la provincia de Santa Fe como un experimento audaz, donde la celeridad en la implementación logró romper varios años de devaneos extensos.
“En materia judicial, implementamos el sistema acusatorio en doce provincias, la mitad del país, que permitió lograr condenar por narcotráfico en tan solo un mes, cuando antes tardaban más de tres años. A su vez, estamos impulsando el juicio por jurados, una de las reformas que nos debíamos desde la fundación del país”, ensayó Milei, que unió los temas de seguridad en su discurso con la problemática de la inmigración, algo que su gestión viene haciendo desde hace tiempo, sobre todo en la frontera entre Salta y Bolivia, donde se construyó un alambrado de 200 metros sobre el río Bermejo para mejorar los controles migratorios y evitar el contrabando, algo que parece ridículo en esa región, donde el intercambio comercial irregular lleva décadas.
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Ante un Congreso semivacío y con un discurso encendido, Javier Milei inauguró las sesiones ordinarias.
Otros cambios en leyes que propuso el Presidente fueron sobre inmigrantes, ya que propuso que “aquellos extranjeros que estén de forma transitoria o temporaria en nuestro país tengan que pagar los servicios que utilizan”, a la vez que aseguró que las universidades deberían poder cobrarles a quienes no sean residentes permanentes. En esa parte del discurso también propuso “endurecer severamente las condiciones de deportación para los extranjeros que delinquen”.
Milei eligió el problema de la inseguridad y la violencia para confrontar con el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, que es el elegido dentro del universo kirchnerista como su enemigo.
Unos días antes del discurso inaugural en la Asamblea Legislativa, Milei provocó al mandatario bonaerense al señalarle que si no puede enfrentar la inseguridad “se debe correr”. Esta insinuación de una posible intervención federal provocó reproches en el peronismo y fuertes críticas contra el presidente. Kicillof dijo que Milei se aprovecha del dolor que provoca la inseguridad.
La estrategia del libertario para socavar a su posible oponente político en las presidenciales de 2027 es el llamado “antipunitivismo” o “mano blanda” para combatir del delito. “Actualmente, tenemos un sistema judicial y un Código Penal repleto de grietas por los que se coló el virus del antipunitivismo, que además de estar moralmente mal, demostró su estrepitoso fracaso. Lo vimos esta semana en la trágica noticia del asesinato de Kim Gómez, una nena de tan solo siete años que fue brutalmente asesinada. Quiero expresar mis condolencias para con su familia y asegurarles que tienen el compromiso de este presidente para luchar incansablemente contra el flagelo de la inseguridad”, sentenció el presidente.
Luego, se encargó de lanzar fuertes cuestionamientos a Kicillof. “Aprovecho para decirle al gobernador Kicillof que mientras siga sosteniendo que los delincuentes, los asesinos y los violadores son víctimas del sistema, en línea con el wokismo jurídico de Zaffaroni, no solo no tenemos nada para conversar, sino que además quiero decirle que jamás resolverá el gravísimo problema de inseguridad de la provincia, ya que ser tolerante con los delincuentes es castigar a las personas de bien. Si quiere resolver el problema tiene dos alternativas: abandonar esa visión abolicionista y castigar a los criminales, o correrse del camino y dejarnos resolver el problema a nosotros. Porque si hay algo que caracteriza este Gobierno Nacional es que no nos tiembla el pulso, y los problemas los arreglamos en serio”, afirmó.
El problema de la seguridad va a ser clave en la disputa política en el conurbano bonaerense, donde los medios pusieron la lupa, después de que la tensión permanente que existía en Rosario con los asesinatos narcos se descomprimiera, con una baja en los crímenes de un 65,5 por ciento en 2024.
