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Política Senado | Javier Milei | Corte Suprema de Justicia

El Senado pone contra las cuerdas a Javier Milei y amenaza con rechazar a Lijo y García-Mansilla para la Corte

El kirchnerismo pidió una sesión especial para discutir los pliegos de Lijo y García-Mansilla. El Gobierno corre serio riesgo de que el Senado los rechace.

Después de una semana agitada en el Congreso, la oposición en el Senado se apresta a propinarle un duro revés al gobierno de Javier Milei. El kirchnerismo pidió para el jueves próximo una sesión especial para discutir los pliegos de Manuel García-Mansilla y de Ariel Lijo, ambos designados en comisión por decreto presidencial para integrar la Corte Suprema de Justicia. Sin embargo, el Gobierno corre serio riesgo de que el Senado los rechace a ambos.

La vicepresidenta y titular del Senado, Victoria Villarruel, es quien tiene la facultad para convocar a sesión; podría acceder al pedido opositor de sesionar el jueves próximo o bien intentar postergar la ofensiva.

La situación se da en medio de una nueva muestra de tensión entre Villarruel y la Casa Rosada, lo que complica más el panorama. En efecto, tras los desmanes ocurridos puertas afuera del Congreso el miércoles pasado, el Gobierno salió a coro a advertir sobre un intento de desestabilización de la gestión libertaria; la vicepresidenta, en cambio, no fue tan categórica y si bien criticó la violencia empleada durante la manifestación, defendió el derecho de los ciudadanos a expresarse: “Representa un ejercicio de la democracia”, sostuvo.

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En este contexto, de realizarse la sesión especial, el Gobierno enfrenta la posibilidad cierta de quedar desautorizado por el Senado en su intención de imponer en comisión a dos jueces en la Corte Suprema por decreto.

El Senado lo consideró como una afrenta y una violación a sus atribuciones establecidas en la Constitución Nacional, que establece que todo candidato a juez de la Corte propuesto por el Ejecutivo debe contar con el acuerdo de los dos tercios de ese cuerpo.

El presidente Milei, sin embargo, no quiso entrar en negociaciones con la oposición en el Senado y, en la última semana de receso legislativo, impuso por decreto a sus dos candidatos. García-Mansilla logró asumir, pero Lijo, que se resiste a renunciar a su cargo de juez federal hasta tanto no tener asegurada su poltrona en la Corte, continúa en las gateras.

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Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla: el presidente Milei los quiere en la Corte, pero aún deberá superar el filtro del Senado.

Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla: el presidente Milei los quiere en la Corte, pero aún deberá superar el filtro del Senado.

Para aprobar el nombramiento de un juez de la Corte se necesita una mayoría de dos tercios de los presentes, por lo que si los que se oponen logran reunir el tercio más uno, el pliego se rechaza. En esa matemática el número clave es 25. Con esa cantidad de votos, el Senado podría dejar a Lijo y a García Mansilla afuera del máximo tribunal.

Algunos senadores desconfían todavía de que haya voluntad real de rechazar el pliego de Lijo, conocido por sus múltiples vínculos políticos. Se verá. Lo cierto es que las cuentas que hacen desde hace varios días en la Cámara alta agitan el fantasma de una derrota para el Gobierno. Algunos de los senadores aliados tanto de la UCR como de otros bloques le hicieron llegar la sugerencia al Gobierno de que retire los pliegos para evitarlo.

Por ahora el Gobierno se mantiene en sus trece. En esta apuesta “a todo o nada” de Milei el Gobierno corre el riesgo de quedarse sin nada. Una derrota que, de consumarse, sería interpretada como una fuerte señal de debilidad política de un gobierno que no logra sacar la cabeza del fango en el que él mismo se sumergió con el escándalo de la estafa con la criptomoneda $Libra.

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En momentos de fuertes turbulencias en los mercados provocadas por la guerra comercial entre Estados Unidos y sus otrora países aliados, el gobierno de Milei busca mostrar fortaleza política para blindarse de esos remezones.

Sin embargo, su dinámica confrontativa no hizo más que generarle problemas en el frente interno, lo que ya comenzó a repercutir en la economía doméstica con caída en las acciones y suba del riesgo país. De hecho, Milei todavía no puede anunciar el cierre de las negociaciones con el FMI.