El asalto: amenazas y robo en pocos minutos
El hecho ocurrió alrededor de las 23:45, cuando dos sujetos ingresaron al local y sorprendieron a los empleados que se encontraban trabajando. Según el relato del dueño del comercio, en ese momento estaban en la heladería tres trabajadores: dos mujeres y un hombre.
Los delincuentes, que en todo momento insinuaban tener un arma de fuego en la cintura, exigieron las pertenencias de los empleados. Una de las empleadas entregó su celular de inmediato, mientras que su compañero accedió a entregar todo el dinero de la caja registradora.
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Rápida denuncia y la falta de patrullaje policial
Apenas se produjo el robo, los empleados dieron aviso a la policía. Un patrullero del Comando Radioeléctrico llegó al lugar y se procedió a revisar las imágenes de las cámaras de seguridad. El dueño del local descargó el video y lo envió a las autoridades, aunque aún debía formalizar la denuncia de manera presencial.
Sin embargo, la preocupación de los comerciantes de la zona va más allá de este hecho puntual. Según el testimonio del propietario, no es la primera vez que sufren un asalto de estas características. Además, denunció la falta de patrullaje policial en la zona y las condiciones precarias en las que trabaja la comisaría más cercana, ubicada en calle Alberti.
"Lamentablemente, los chicos están expuestos porque hay poco patrullaje policial, no hay patrullaje directamente. La comisaría más cercana tiene un solo patrullero y está en muy mal estado", expresó indignado el dueño del local.
Una zona con movimiento, pero sin seguridad
La heladería está ubicada en un sector con gran actividad comercial y tránsito constante durante el día. Sin embargo, según explicó el comerciante, después de las 22:00 la afluencia de personas comienza a disminuir y el trabajo se centra más en el servicio de delivery.
"Es una zona de paso para varios barrios importantes como Adelina Centro, Este y Oeste. Durante el día hay mucho movimiento, pero a la noche el panorama cambia", explicó.
Mientras tanto, los empleados del comercio intentan retomar su rutina laboral pese al impacto emocional del robo. Aunque el local cuenta con cámaras de seguridad, rejas y botón antipánico, la falta de presencia policial es una preocupación latente para comerciantes y vecinos de la zona.