El ex líder sindical fue detenido el 27 de octubre luego de un llamado al 911 realizado por la víctima: "Tengo miedo. Pasé por mucho. Tiene muchas influencias y mucho poder. Me gustaría que siga detenido hasta que se aclare todo", manifestó la mujer antes del desarrollo de la audiencia.
La imputación fue realizada por el fiscal de la Unidad de Violencia de Género, Familiar y Sexual Ignacio Suasnabar. Araya contó con la representación del defensor particular Néstor Pereyra.
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García Troiano, el juez que dictó la prisión preventiva.
Maiquel Torcatt/ Aire Digital
Violencia de género
Los hechos atribuidos a Araya ocurrieron en la vivienda familiar ubicada en Laprida al 3900 en ciudad de Santa Fe. El 25 de octubre amenazó de muerte a la mujer y le manifestó: “Te voy a volar la cabeza, no te puedo ni ver“, mientras la apuntaba con una escopeta con dos cañones superpuestos.
Al día siguiente, según la imputación, la agredió físicamente y le causó lesiones en las piernas y en el rostro. “Estas conductas se enmarcan en la relación de pareja desigual que mantenía con la víctima, en la cual la agredió en varias oportunidades” detalló el fiscal.
Finalmente, el 27 de octubre Araya fue detenido en su casa, luego de que la mujer llamara al 911, atemorizada. En la vivienda, la policía secuestró la escopeta utilizada para propinar las amenazas.
Entre la evidencia, el fiscal manifestó que la escopeta es apta para efectuar disparos, que además de la llamada de la víctima al 911 también llamó uno de sus hijos, y que Araya se encontraba cumpliendo medidas alternativas a la prisión preventiva en una causa anterior.
A su turno, el abogado defensor Néstor Pereyra expresó que iban a avalar el pedido de prisión preventiva sin plazos, es decir, que la medida pueda ser revisada cuando la defensa lo solicite. El propio imputado expresó su consentimiento y el juez García Troiano avaló el acuerdo de las partes.
Antecedentes violentos
No es la primera vez que Araya se encuentra tras las rejas, atravesando un proceso penal. Hace más de una década, mientras estaba al frente de la Uocra en Santa Fe, fue protagonista de varios episodios violentos en la capital provincial, enmarcados en internas sindicales.
En noviembre de 2013 el juez Sergio Carraro le dictó la prisión preventiva, procesado como autor de los delitos de coacciones agravadas y usurpación, por un hecho ocurrido en agosto de ese año en el obrador de la Central Termoeléctrica de Sauce Viejo. La justicia santafesina investigó a Araya, a su hermano y a otros integrantes de la agrupación por otros graves delitos, como intento de homicidio y lavado de activos; sin embargo, Araya nunca fue condenado por estos hechos, por lo que no cuenta con antecedentes condenatorios.
Estos violentos episodios motivaron la intervención de la Uocra desde Buenos Aires, y se asignó como "normalizador" a un hombre de apellido Berón de Astrada; esta designación, lejos de pacificar el sindicato, generó una escalada de violencia armada que tuvo su punto cúlmine el 29 de noviembre, cuando por un intercambio de disparos entre facciones opuestas de la Uocra en inmediaciones de Alto Verde, una bala impactó en la cabeza de la pequeña Serena Martínez, que estaba en el Club Regatas, al otro lado del río, y le provocó la muerte.
Ahora, además de la reciente causa por violencia, Araya cuenta con una causa abierta en la justicia de Paraná, por ser considerado instigador de una violenta usurpación perpetrada en la sede de la Uocra de esa ciudad en julio de este año. Por esa causa, la Fiscalía paranaense identificó a 32 personas, entre ellas Emanuel Araya y otros ocho santafesinos.