El siniestro crimen ocurrió en agosto de 2022, y fue el propio Retamoso quien dio aviso a la policía y reconoció lo ocurrido, minutos después de haber ocultado el cuerpo de Lillini.
Retamoso fue condenado a 13 años de prisión a través de un juicio de procedimiento abreviado realizado este martes en la sala 2 de los tribunales santafesinos. La sentencia fue impuesta por unanimidad por los jueces Sergio Carraro, Pablo Busaniche y Pablo Ruiz Steiger.
La causa fue investigada por el fiscal de homicidios Gonzalo Iglesias, mientras que Retamoso contó con la asistencia de los abogados defensores Daniel Rocca y Clemente Rodriguez.
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Homicidio Rincón
Personal de la Agencia de Investigación Criminal trabaja en la escena del crimen.
Cocaína y muerte
El 31 de julio de 2022 un grupo de amigos se juntó a compartir un momento en la casa de Eustaquio Retamoso. Con el correr de las horas, los presentes se fueron retirando hasta que sólo quedaron el el lugar Retamoso y Lillini.
Los hombres comenzaron a discutir y Retamoso apuñaló a su amigo en el tórax en varias oportunidades. Luego, cuando ya se encontraba sin vida, enterró el cadáver en el patio de su casa.
Luego llamó a la Central del 911 y confesó haber matado a su amigo: “Estábamos tomando merca y lo maté”, le dijo al operador, por lo que inmediatamente arribaron al domicilio policías de la Comisaria 14 de Rincón, realizaron las primeras actuaciones y convocaron a los peritos de la Agencia de Investigación Criminal.
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El juez Sergio Carraro presidió el tribunal que condenó a Retamoso
Maiquel Torcatt / Aire Digital
De la escena del crimen, los peritos levantaron muestras de sangre que estaban en las paredes, relevaron el lugar donde quedó el cuerpo de Lillini y encontraron en el techo de la casa el arma posiblemente utilizada para cometer el asesinato. Se trata de un cuchillo, que tendría rastros biológicos y el cual fue remitido a pericia para determinar si fue el que usó Retamoso. El cadáver fue llevado a la morgue judicial en donde los médicos del cuerpo forense detectaron que la víctima presentaba un total de 19 heridas y escoriaciones provocadas a partir de la riña dentro del domicilio.
Este último dato fue el que utilizó el fiscal Iglesias para sostener que no hubo legítima defensa por parte del imputado y que el mismo actuó con un dolo homicida. “Claramente, hubo una pelea en donde Retamoso tenía las de ganar”, dijo el funcionario judicial en la audiencia cuando se discutió la prisión preventiva, pocos días después del crimen.
Crimen en primera persona
Retamoso volvió a relatar lo ocurrido en la audiencia de prisión preventiva: contó que Lillini fue a su casa después del mediodía y lo invitó a tomar vino y cocaína. En horas de la tarde, recordó que fue a buscar una camioneta que iba a utilizar para trabajar al día siguiente. Sin embargo, al llegar a su casa dijo que encontró a Lillini revisándole sus cosas y queriéndole sacar un dinero que tenía guardado para la compra de una motocicleta. A partir de ahí, arrancó una discusión que terminó de la peor manera.
Retamoso contó que Lillini comenzó a agredirlo primero verbalmente y luego físicamente. “Estaba muy sacado, con los ojos grandes”, explicó ante la jueza Carrara y destacó que, en un momento determinado, para no sufrir más golpes, tomó un cuchillo y lo apuñaló en reiteradas oportunidades para defenderse. La víctima caminó hacia afuera y quedó tirada en el patio, donde falleció.
Ante semejante secuencia, Retamoso llevó el cuerpo hasta un pozo que había cavado para depositar hojas y yuyales, con el objetivo de que sus familiares no vieran el cadáver. Luego llamó al 911 para confesar el crimen.