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Los "paranze" rosarinos: jóvenes mafiosos que exhiben su poder de fuego en las redes sociales

En 2022, Lucho Cantero decidió mostrar un arsenal en las redes sociales. Fue condenado a seis años de prisión. Su objetivo era jactarse de tener el control de las armas.

En Nápoles los llaman paranze (peces pequeños) y hoy son los que dominan la llamada Camorra, una red criminal compuesta por pequeñas células que vende droga, controla territorio y alimenta el negocio de las extorsiones de diferentes formas desde hace dos siglos.

Esta nueva generación de mafiosos casi adolescentes tomó el mando luego de que fueran detenidos o asesinados en la década pasada los líderes tradicionales, los más veteranos, de las familias Giuliano, Cutolo, Di Lauro y Contini.

Uno de los emblemas de esta nueva generación es Emanuele Sibillo, un joven que fue asesinado en 2017 a los 19 años y se transformó en una especie de santo de esa camada, que describió el escritor Roberto Saviano en el “libro La banda de los niños”. El año pasado, los carabineros napolitanos desmontaron una estatua que se había construido en honor a Sibillo, donde estaban las cenizas del joven asesinado, conocido como “ES17”.

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A principios de noviembre, Nápoles volvió a quedar conmovida por la violencia juvenil. Un chico de 17 años le pegó un tiro a uno de 19 porque le había manchado unas zapatillas Versace de 500 dólares. En dos semanas, tres jóvenes menores de 21 años murieron en manos de los parenze, o también conocidos como los “baby gangs”.

Este escenario, de ascenso de las nuevas generaciones en el crimen organizado, es similar o tiene puntos de contacto con lo que sucede con los “chicos” que reemplazaron a la Camorra. Uno de los representantes de esta “nueva generación”, la tercera de Los Monos, es Uriel Luciano “Lucho” Cantero, de 21 años. Es uno de los hijos de Claudio “Pájaro” Cantero, asesinado en 2013.

Lucho, preso actualmente en el penal de Marcos Paz, fue condenado el miércoles al término de un juicio oral a seis años de prisión por recibir la Navidad de 2021 disparando al aire y por las armas que fueron secuestradas en su domicilio al momento de su arresto. El veredicto fue leído por el tribunal integrado por los jueces Eleonora Verón, Paola Aguirre y Gustavo Pérez de Urrechu.

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Lucho Catero está preso en el penal de Marcos Paz.

Lucho Catero está preso en el penal de Marcos Paz.

La condena contempla tres causas por intimidación pública y tenencia de armas que datan de 2021 y 2022. En paralelo, pesan sobre él acusaciones abiertas por asociación ilícita, balaceras extorsivas y homicidio. En una de las acusaciones que salió indemne fue por las fotos con el rapero Zamaray.

Uno de los hechos por los que fue condenado Cantero, hoy alojado en la cárcel federal de Marcos Paz, fue por haber quedado filmado junto a otras personas el 25 de diciembre de 2021 en la terraza de una casa de Arrieta al 1800 disparando al aire con distintas armas de fuego.

Este nuevo perfil de mafioso postadolescente, que se expone en las redes sociales con armas y jactándose de su poder en el mundo criminal, quedó cristalizado en estas causas. “Se muestran en las redes para ganar fama, pero a diferencia de las generaciones anteriores estos chicos mueven una cantidad de dinero mucho mayor, porque el negocio criminal creció”, contó un abogado que representó hace tiempo la defensa de miembros de la familia Cantero.

La historia de Lucho Cantero, hijo del Pájaro Cantero

Lucho Cantero irrumpió en las redes el 25 de diciembre de 2021, cuando un miembro de su banda lo filmó disparando un FAL en el techo de su casa, en el barrio Las Flores. Cuando los policías allanaron tiempo después ese domicilio, encontraron las vainas del fusil en el techo.

Un rasgo que los investigadores observan del hijo de Pájaro es que manejaba una cantidad y un nivel de armamento que lo diferencia del resto de las bandas narco. Su estrategia parece ir a contramano de un criminal que prefiere el bajo perfil: Cantero se saca fotos y videos con su principal capital: las pistolas y fusiles.

Lucho decidió exhibir su poder de fuego. Hacerlo público y viral para que el resto, tanto la policía, como los fiscales y sus rivales en el negocio de la droga, se enteren que puede hacer daño con el arsenal de armas que posee.

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Lucho Cantero irrumpió en las redes el 25 de diciembre de 2021.

Lucho Cantero irrumpió en las redes el 25 de diciembre de 2021.

Varias de las pistolas 9 milímetros que le secuestraron tenían cargadores de 30 y 50 proyectiles. Son armas cortas semiautomáticas que se transforman con una adaptación que hace un armero en ametralladoras de mano, que son incontrolables a la hora de disparar. El sonido de las ráfagas de disparos que muchos vecinos escuchan en las noches provienen de este tipo de armas.

El fusil FAL calibre 7.62 estaba en poder de cuatro jóvenes, tres de ellos de 17 años. El arma con numeración limada es una de las exhibidas por Cantero en un video con el músico Zaramay que grabaron a principios del año pasado en Rosario. Allí muestran pistolas con cargadores circulares de 50 tiros, que son de origen brasileño y coreano, según los investigadores judiciales.

En ese video, el hijo del líder de Los Monos se presenta en sociedad como una nueva generación de líderes narcos, que a contramano de lo que indica el sentido común, usan las redes sociales para demostrar que no tienen límites con ese poder de fuego.

Luciano Cantero aparece en otro video que grabó en los festejos de Navidad disparando al aire con el fusil FAL en una casa en Arrieta al 1800. Unos días antes de que fuera detenido, Cantero sacó una foto con el arsenal de pistolas, entre ellas, cuatro Glock 9 mm, con la frase: “Por si las moscas”.

El nuevo perfil de mafioso postadolescente

Algo similar hizo el 1 de enero de 2018 Alan Funes, de 18 años en ese momento, quien grabó un video que difundió por Instagram, que lo mostraba cuando disparaba una ametralladora para desafiar a sus rivales, los Camino. Alan Funes está preso en el penal de Ezeiza, condenado a 44 años de prisión por causas de narcotráfico y homicidios.

Que ondaaaaaaa. Vamos a matar a alguien???”, le preguntó el 26 de octubre de 2022 Nahuel Quinteros a su jefe en un mensaje por Whatsapp. El muchacho que quiere ser sicario aún no asesinó a nadie nunca y expone las ansias que tiene de “activar”, de ser protagonista de un homicidio. Lo hace como si la muerte o las vidas ajenas fueran algo demasiado banal, en ese juego real en el que la tragedia de la violencia narco se incrusta en la vida como algo cotidiano.

Quinteros se queja ante Jonatan Ribles, quien coordina cómo llevar adelante los crímenes, que le dan misiones menores, como custodiar los búnkeres y evitar “que los drogados no se deliren”. Un par de días después le dan las armas para que las cuide porque “anda el Comando (Radioeléctrico)” dando vueltas. Para convencer a su jefe. Quinteros promete que sabe “manejar la grandota” (una ametralladora FMK3).

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Alan Funes, de 18 años en ese momento, grabó un video que difundió por Instagram, que lo mostraba cuando disparaba una ametralladora para desafiar a sus rivales, los Camino.

Alan Funes, de 18 años en ese momento, grabó un video que difundió por Instagram, que lo mostraba cuando disparaba una ametralladora para desafiar a sus rivales, los Camino.

“Vos sabés que manejo la grandota bien piola”, le transmite a Ribles. “Quiero un par de muertes ahí para Rosario Alerta” –un portal de hechos policiales de Rosario. Su jefe trata de calmar su ansiedad. “Tranquilo Popeye”, advierte Ribles, en forma de broma y en referencia al sicario de Pablo Escobar.

En su casa, Quinteros se filma con el arsenal que tiene que custodiar y le envía videos a su novia. “Mirá amor… para todos los giles”, le dice a su pareja. Exhibe tres armas poderosas: dos pistolas 9 mm, una de ellas con un cargador largo, de 31 proyectiles, y una réplica calibre 22 de un fusil de asalto.

El arsenal que exhibía con jactancia este joven, que aparece con su rostro protegido por el barbijo del Guazón, era el que utilizaba un grupo de sicarios para ejecutar los planes que delineaba desde el pabellón Nº4 de la cárcel de Piñero, a 20 kilómetros de Rosario, Alejandro Núñez, el jefe de la organización.

Chuky Monedita, como se lo conoce en el ambiente del hampa a Núñez, condenado por homicidio en 2015, y quien fue el artífice de los atentados de marzo pasado, en los que fueron asesinadas cuatro personas, desarrollaba una paleta de actividades delictivas desde la prisión: manejaba el negocio de una red de búnkeres que atendía, sin restricciones horarias, un grupo de mujeres –a las que llaman “las bunkeras”–, ordenaba la usurpación de casas para convertirlas en puntos de venta de drogas, y planeaba ataques sicarios, cuyas tareas de inteligencia llevaba adelante un taxista, según se desprende de la investigación que realizaron los fiscales Pablo Socca y Valeria Haurigot.

“Lucho” fue detenido el 18 de enero de 2022 en medio de una serie de allanamientos solicitados por los fiscales Luis Schiappa Pietra y Matías Edery. En su domicilio, la Policía secuestró 20 armas de fuego y 800 cartuchos, situación delictiva fue contemplada en la pena dada a conocer este miércoles en el Centro de Justicia Penal.