Tras haber sido imputado a principios de abril, sufrió un infarto por lo que debió ser hospitalizado y su prisión preventiva se discutió este martes.
La detención del imputado fue solicitada por el fiscal del departamento Las Colonias, Alejandro Benítez, en el marco de una investigación que comenzó en agosto de 2024 a raíz de dos denuncias anónimas depositadas en un buzón de la vida en Esperanza.
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Otras tres personas ya habían sido imputadas y dos de ellas quedaron en prisión preventiva por su intervención en los hechos. Entre el cúmulo de evidencias se destacan escuchas telefónicas, informes de cuentas en una billetera virtual con transferencias millonarias y elementos de interés secuestrados en los allanamientos, entre ellos, material estupefaciente.
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El juez Carraro dictó la prisión preventiva de "El Peruano"
Maiquel Torcatt / Aire Digital
Venta de drogas
El fiscal repasó la investigación que derivó en la detención de Barbadillo Marín y de los otros tres imputados que tiene la causa: Ignacio Feijó, su pareja Emilse Marisel Scheffer y el hijastro de ésta, Kevin Antonio Santillán; en agosto de 2024 la Fiscalía recibió en un sobre cerrado dos denuncias anónimas que habían sido depositadas en uno de los denominados “buzón de la vida”, ubicados en espacios públicos de la ciudad de Esperanza.
Las denuncias referían que “el peruano” vendía drogas en un domicilio de Saavedra y 9 de Julio, y que “la mujer del muerto” vendía drogas en su casa del barrio La Lona. Ambas denuncias referían que había policías involucrados. Los agentes de la Policía de Investigaciones de Esperanza logró identificar a los referidos “peruano” y “la mujer del muerto”, como Barbadillo Marín y Schaffer, respectivamente.
Benítez reiteró este lunes ante el juez Carraro lo que había referido ante el juez Aguirre, en la audiencia de prisión preventiva de los otros imputados. En esa oportunidad, Babradillo Marín debió ser hospitalizado por un infarto, por lo que la discusión por el pedido de prisión preventiva debió realizarse una vez que recibió el alta médica.
Entre la evidencia el fiscal recordó dos intervenciones del personal del Comando Radioeléctrico, en febrero de 2025, cuando detuvo a motociclistas que se habían acercado hasta la vivienda de Schaffer en actitud sospechosa: en dos oportunidades detectaron que llevaban ocultas en las zapatillas envoltorios con cocaína. Los investigadores también detectaron que en varias oportunidades “el peruano” se había acercado hasta la vivienda de Schaffer a bordo de una camioneta de su propiedad.
Megaoperativo antidroga en Esperanza.
Operativo antidroga en Esperanza.
Escuchas telefónicas, amenazas y transferencias millonarias
Parte fundamental de la investigación son las intervenciones telefónicas, que permitieron detectar el vínculo entre los imputados en la causa. En marzo de 2025 la Fiscalía solicitó la intervención de los teléfonos de los involucrados, y repasó las conversaciones de Barbadillo Marín con Santillán: “Cuando meten merca de otro también me roban a mí, te pensás que yo no sé?”, le recriminó. En otra comunicación, "el Peruano" le preguntó si se había vendido algo: "Sí, todo lo que quedaba", le respondió Santillán.
Finalmente, para demostrar la peligrosidad de la banda, el fiscal recordó una conversación entre la pareja de Barbadillo Marín y una persona desconocida, en relación a los ciudadanos de Esperanza, al fiscal y al intendente: “Es una ciudad tranquila, pero la gente es una mierda… Benítez, el fiscal, es la peor porquería que hay, y el intendente también, ya me lo voy a agarrar a ese también”.
Finalmente, Benítez destacó el monto de dinero que manejaban los imputados; en particular sobre Barbadillo Marín sostuvo que no tiene ninguna actividad registrada, ni recibe asignación de ningún tipo. Entre enero de 2025 hasta el momento de su detención, la imputada Schaffer recibió en su cuenta de una billetera virtual, transferencias por un total de 73 millones de pesos, mientras que le transfirió 13 millones a Barbadillo.
El fiscal advirtió que muchas de las personas que hacían esas transferencias eran personas con causas por robo, demostrando el círculo delictivo que genera el narcotráfico.
Por último, Benítez recordó los elementos secuestrados en los allanamientos: balanzas de precisión, elementos de corte, material estupefaciente (escasa cantidad debido al modo de operar de la banda), municiones, armas de fuego y dinero en efectivo por un total de 3.186.000 pesos, entre otros elementos de interés.
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Alejandro Benitez, fiscal del departamento Las Colonias
La declaración del imputado
Barbadillo Marín pidió declarar: reconoció que estaba involucrado en "un negocio" con Emilse Schaffer y Kevin Santillán de compraventa de chatarra, y que el material estupefaciente que secuestraron en su casa era para consumir cuando debía viajar a Buenos Aires para "manejar más tranquilo".
El abogado defensor Raúl Sartori cuestionó la imputación por venta de estupefacientes, sostuvo que la evidencia no era suficiente para vincularlo con la actividad delictiva y reclamó que, en caso de continuar detenido Barbadillo, sea en modalidad domiciliaria debido a su cuadro de salud.
Prisión preventiva
Al momento de resolver, el juez analizó la evidencia reunida en la investigación y las manifestaciones realizadas por el imputado, y recordó cómo comenzó la investigación, con las denuncias anónimas depositadas en el buzón de la vida: "Es la propia comunidad que ve afectada la paz social y la salud pública, y recurre al buzón de la vida. Así comienzan investigaciones que se van nutriendo de información, y así aparece el vínculo de Barbadillo Marín con el resto de los involucrados, con grandes sumas de dinero en poco tiempo que no son capaces de justificar", analizó Carraro.
En cuanto a la afección de salud que padece el imputado, por lo que el defensor había reclamado la prisión domiciliaria, el juez recordó lo manifestado por Barbadillo y remarcó: "Usted mismo reconoció que consume, sin estar muy atento al cuidado de su salud", y remarcó que el Servicio Penitenciario cuenta con personal de salud que puede atender las afecciones que se presenten.
Finalmente, el magistrado se refirió a los riesgos procesales; en cuanto al riesgo de fuga, Barbadillo cuenta con una condena impuesta por la Justicia federal venta de estupefacientes a cuatro años de prisión en 2018, por la que en 2022 recuperó la libertad de manera condicional. En caso de ser condenado en este proceso, enfrenta una pena máxima de 15 años de prisión: "Ya sabe que puede enfrentar un encierro prolongado".
En cuanto al entorpecimiento probatorio, Carraro recordó la cantidad de imputados que tiene la causa, y la cantidad de personas que deben declarar en el proceso, y dictó la prisión preventiva para Barbadillo Marín.