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Policiales Narcos | Rosario | Narcotráfico en Rosario

La historia del rugbier que está prófugo hace casi cuatro años y el financista que pasó la Navidad tras las rejas

Al rugbier Marcos Díaz, quien proveía de dólares a la banda del narco Rodríguez Granthon, nadie lo puede encontrar. Tiene pedido de captura desde 2021.

“Para mantenerse prófugo en Argentina hay que tener mucho dinero y buenos contactos”. La frase pertenece a un veterano abogado penalista que defendió a narcos que estuvieron varios meses huyendo de la policía.

El caso de Marcos Díaz es llamativo, porque tiene pedido de captura y nadie lo pudo detener desde hace casi cuatro años. Este joven, que jugaba de forward en Plaza Jewell, un club tradicional de rugby de Rosario, era quien proveía de dólares, que adquiría en Buenos Aires, a la banda del narco peruano Julio Rodríguez Granthon, actualmente preso en el penal de Ezeiza.

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Como contracara de esta situación, el financista Gustavo Shahanan, extitular de Terminal Puerto Rosario, condenado a siete años en la misma causa en la que está prófugo Díaz, pasó la Navidad y el año nuevo tras las rejas, en un calabozo de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), cerca del aeropuerto Islas Malvinas.

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Gustavo Shahanan, extitular de Terminal Puerto Rosario.

Gustavo Shahanan, extitular de Terminal Puerto Rosario.

Hasta principios de diciembre, Shanahan había estado detenido en prisión domiciliaria. En septiembre, el fiscal federal Federico Reynares Solari pidió que se revoque esa condición y vaya a una prisión.

El juez federal Mario Gambacorta, que integra el Tribunal Oral Federal Nº3, avaló ese pedido. La defensa del financista apeló a la Cámara de Casación Penal, pero no tuvo éxito. Tras este revés judicial, el hombre que manejó millones de dólares en inversiones y maniobras financieras en Rosario –muchas de ellas terminaron en un desastre con cientos de damnificados- armó un bolsito con ropa y fue trasladado a un calabozo.

Una situación sin antecedentes

No hay antecedentes de que un financista condenado como Shanahan de proveer dólares a una banda narco esté en prisión. Este hombre de 68 años fue condenado en diciembre de 2023 a siete años de prisión. Lo inédito de esta investigación impulsada por la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar) fue que Shanahan fue considerado parte de la organización narco. No fue imputado por lavado de dinero, sino que se consideró que los dólares que supuestamente cambiaba a la banda de Granthon eran vitales para el funcionamiento del grupo criminal.

En la presentación que hizo el equipo encabezado por el abogado Iván Hernández Larguía, que ejerce la defensa técnica de Shanahan, insistieron ante la Cámara de Casación Penal, como lo hicieron en los alegatos del juicio, que no hay evidencias que unan al financista con la banda de Granthon, que vendía cocaína en Villa Banana.

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Momento del juicio a Rodríguez Granthon y Gustavo Shahanan.

Momento del juicio a Rodríguez Granthon y Gustavo Shahanan.

Según esa mirada, era Marcos Díaz el que proveía de dólares a esa organización criminal. Shanahan tenía contacto con el rugbier porque adquiría “verdes” que traía de Buenos Aires para surtir la cueva financiera que tenía en calle España y Rioja. “No hay ninguna comunicación entre Shanahan y los narcos”, aseguró Hernández Larguía en diálogo con AIRE.

En el fallo de Casación se reprodujo una de las pocas declaraciones que hizo Shanahan en este proceso judicial, cuando fue indagado.

“Quiero decir que en primer lugar de todas las personas que se me nombran, únicamente conozco a Marcos Díaz que he mantenido alguna relación comercial con él, sabiendo que era representante de cobranzas en una empresa que no recuerdo el nombre (creo que se dedicaba a lácteos). Yo lo conozco de nombre del mundo financiero por el Grupo Carey, él se independizó y además lo conozco del mundo del rugby porque jugaba en Plaza. Mi trato con él era aproximadamente una vez por mes o cada quince días, a veces ni hablaba directamente conmigo”, señaló Shanahan.

La mirada del fiscal Reynares Solari es diferente. En el juicio dijo que esta causa tuvo una dinámica especial porque llevó a que se investigara la “ruta del dinero” y que la pesquisa no quedó circunscripta fuera de los “bulevares” de Rosario, en los barrios “menos favorecidos”.

Manifestó que había una “instancia de distribución barrial en calle Espinosa”, en Villa Banana, que se trataba de un “centro de procesamiento ilícito de material estupefaciente”, y que del teléfono celular de Alfonso Sebastián Sciortino se pudo determinar las personas y lugares de “distribución” y qué cantidad de dinero generaba en los “puntos de venta”. Dijo que la “novedad” de esta causa radicó en que se “siguió el dinero”, que nunca antes se había hecho.

Desde la mirada de la defensa del financista

La defensa del financista rosarino que manejó el puerto de Rosario planteó que en este caso hubo una “fuerte presión mediática” para demonizar a Shanahan. “Fue sometido a un escarnio público y a un linchamiento mediático mediante la publicación de más de 100 notas periodísticas en diferentes medios de comunicación”, señalaron, y agregaron que “en algunos pasajes del juicio, la fiscalía se refirió al debate como el Juicio Shanahan”.

En el escrito sostuvieron que “la propia presión que se impuso la fiscalía al declarar mediáticamente previo al debate, le impidieron actuar objetivamente, cuando durante el juicio advirtieron que el personal que investigó, cometió serios errores interpretativos, a pesar de que su deber de objetividad le imponía admitir estos errores y solicitar, al igual que en el caso de Nestor Ciotti, la absolución de Shanahan por los delitos imputados”.

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Según la defensa, este hombre estuvo preso dos años porque se creía que era parte del grupo criminal y en realidad era miembro de la Cooperativa láctea La Cabaña. “Pudimos probar con certeza en el debate que Shanahan no recibió dinero proveniente de actividades narcocriminales, y que tampoco le proveyó dólares ni a Marcos Díaz, ni a ninguna banda criminal”.

El argumento defensivo se centró en que era el rugbier el que proveía de moneda estadounidense al extitular del puerto, y que Shanahan nunca tuvo contacto con los narcos Alexis Manzo, Facundo Pérez, Bruno Ayala, Alfonso Sciortino y Julio Rodríguez Granthon, como así tampoco entre estos y la oficina de calle España 889 de la ciudad de Rosario.

Shanahan cargó toda la responsabilidad en Marcos Díaz, que a diferencia de él que pasó las fiestas en un calabozo, está prófugo desde hace casi cuatro años. Incluso, allegados al financista advirtieron que “anda tranquilamente por Rosario”.

“La prueba demostró que Marcos Díaz era quien tenía vínculo con los narcos y no Shanahan”, sostuvo Hernández Larguía, que planteó que “los interrogantes que realmente debían responderse, eran si Díaz necesitaba de Shanahan para guardar el dinero que recibía de los narcos de Villa Banana, y si el rugbier necesitaba del extitular del puerto de Rosario para convertir ese dinero en divisas”. La respuesta en ambos casos es no, según la defensa, que ahora apelará a la Corte Suprema de la Nación, tras el revés judicial que enfrentó Shanahan en diciembre, que lo llevó a abandonar su departamento en el centro de Rosario para pasar las fiestas en una celda en la sede de la PSA.