Se trata de Jairo Daniel Postigo, un convicto que esta semana fue condenado en el Tribunal Oral Federal de Santa Fe junto con su pareja y suegra.
Policías de Santa Fe al momento de encontrar la marihuana que Postigo guardaba en su casa.
El Tribunal Oral Federal de Santa Fe condenó esta semana a Jairo Daniel Postigo, un convicto de 29 años que en 2023 fue procesado por haber dirigido desde prisión maniobras vinculadas al tráfico y venta de drogas.
Junto a él fueron también condenadas su entonces pareja, Aylén Nicole Maturán (28) y su suegra, Fátima Graciela González (60), ambas imputadas en una causa que se instruyó en el Juzgado Federal N°1.
El reciente fallo, que lleva la firma del juez José María Escobar Cello, condenó a Postigo a cuatro años y seis meses de prisión por la tenencia de estupefacientes con fines de comercialización; sentencia que se unificó a una anterior, por lo que la pena quedó en seis años de cárcel efectiva. Por el mismo delito, también fue condenada Maturán.
La resolución, en tanto, impuso dos años de prisión a González, que deberá cumplir fuera de la prisión, pero bajo una serie de conductas: fijar residencia dentro de la jurisdicción del tribunal; y someterse al cuidado del Patronato del mismo, efectivizado a través del juez de ejecución penal.
El caso tuvo su inicio a partir de un allanamiento ejecutado por policías de la Séptima Zona de Inspección en una casa de Lisandro de la Torre, al 900 de Santo Tomé. Tal procedimiento tuvo por objetivo secuestrar armas de fuego a raíz de una serie de denuncias.
Sin embargo, al entrar en la vivienda, los uniformados encontraron que se realizaban el operativo, se toparon con cuatro kilos de marihuana en trozos compactos y algunos fraccionados en envoltorios de nylon.
Ante el hallazgo, fue detenida Fátima González, quien al momento del allanamiento dijo que era la empleada doméstica del domicilio. Sin embargo, con el correr de los días y tras una investigación judicial, se determinó que González no era una simple doméstica, sino que era la suegra de Jairo Postigo, un presidiario alojado en ese entonces en la cárcel de Las Flores de Santa Fe y cerebro de los cuatro kilos encontrados.
El nexo entre Postigo y los kilos de marihuana fue advertido a partir de una serie de escuchas interceptadas al teléfono que utilizaba el convicto desde la prisión y en las cuales confesó, el día que se realizó el allanamiento, en Lisandro de la Torre al 900, que era el dueño de la marihuana.
"Fondeá todo, me cayó la gorra en mi casa, tengo toda la gorra en mi casa, perdió mi suegra, boludo, perdió mi suegra", le dijo Postigo en ese entonces a un hombre con el que mantuvo un contacto telefónico.
“¿Allá en la villa?”, le preguntaron a Postigo desde el otro lado de la línea. “No, acá, boludo, en mi casa, estaba cuidándome la casa justo y había cuatro kilos de faso ahí, boludo”, le respondió el presidiario.
Aquella escucha fue interceptada en el marco de otra investigación que se tramitaba en la Fiscalía Federal N°1 y en donde Postigo había quedado en el radar como supuesto proveedor de drogas a búnkeres.
Esa causa no prosperó y Postigo quedó señalado como quien estuvo detrás de los cinco kilos de marihuana que la policía le había secuestrado en su casa de la ciudad de Santo Tomé. Un año después, decidió ponerle punto final y firmar una condena por medio de un juicio abreviado.
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