Los panelistas del streaming sugirieron un cambio en la dinámica del juego, y el público sospecha manipulación en la eliminación.
La producción del reality quedó en la mira de todos.
Las declaraciones de los panelistas de Espiando la casa, el streaming oficial de Gran Hermano, desataron nuevas sospechas de fraude contra Telefe. La polémica surgió luego de que Diego Poggi y Big Ari cuestionaran la permanencia de Luz Tito, una de las nominadas de esta semana.
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Poggi expresó su descontento con Santiago "Tato" Algorta y señaló que su entorno en la casa se limita a un grupo de participantes específicas. "Solo se rodea de chicas rubias", comentó, y luego puso en duda su relación con Luz.
"Para mí, ella no está al lado de Tato porque lo quiere", agregó, sugiriendo que la jugadora afecta la energía del participante más popular del reality.
Big Ari reforzó esa idea con una crítica directa a Tito: "No tengo más ganas de verla al lado de Tato, ya me hartó. Quiero verlo con Martina, con Luchi, a un Tato nuevo, sonriente, más divertido. Luz ya lo apagó por cuatro meses, basta".
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Los comentarios despertaron la sospecha del público, que interpreta estas declaraciones como un intento de direccionar la votación y favorecer a ciertos participantes en la gala de eliminación.
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