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Economía dólares | Banco Central | mercado

Por qué se movieron los dólares financieros en los últimos días

Después de la paz que primó desde mediados de julio, las últimas semanas hubo nuevas tensiones en el mercado de cambio que volvieron a obligar al Banco Central a intervenir buscando frenar la cotización ascendente de los dólares libres.

La brecha entre el dólar oficial y los paralelos, que había recortado hasta 3%, volvió a ubicarse encima del 15%. Esta disparada de los dólares financieros prácticamente erosionó las ganancias de dos meses de carry trade (“bicicleta”).

En un diciembre en el que se apostaba a que la mayor demanda estacional de pesos acentuaría la baja de los dólares financieros, la percepción de que las expectativas de devaluación no bajarían en una magnitud tal que compense la baja de tasas habilitó el desarme de posiciones en pesos y la dolarización de carteras.

El efecto aguinaldo, que fomenta la demanda estacional de moneda extranjera, y la compra de dólares por parte de las empresas para imputar un quebranto impositivo (diferencia de cotización entre oficial y MEP) antes de fin de año pudo sumar algo de presión.

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Así resume el economista Emmanuel Álvarez Agis lo que pasó en estos últimos días en que el Banco Central vendió dólares en tres jornadas consecutivas, como los U$S 599 millones el jueves pasado, luego que el lunes pasado debiera vender US$ 179 millones el lunes 23 y después U$S 25 millones el viernes 27.

Si bien el Banco Central no informa las cifras de intervención, fuentes del mercado la estiman en US$ 800 millones en las últimas jornadas.

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El Banco Central vendió dólares en tres jornadas consecutivas.

El Banco Central vendió dólares en tres jornadas consecutivas.

Las ventas del Banco Central son consecuencia de una mayor demanda por la eliminación del Impuesto País, que dejó de regir el lunes pasado. Sin ese recargo sobre el dólar, los importadores se lanzaron a comprar divisas.

A eso se agrega la demanda estacional turística de divisas y los tours de compras que cobraron renovado impulso por el “atraso del dólar”, o sea, porque la Argentina está cara en dólares. Sobre este atraso, se agregó la depreciación del real brasileño, lo que agrandó el diferencial de precios entre Argentina y Brasil.

La baja del precio internacional de la soja es otro ingrediente que alerta sobre el tipo de cambio. También las reducidas tasas de interés que se ofrecen para los plazos fijos en pesos llevó a muchos a optar por la compra de dólares y realizar de esta manera la ganancia del “carry trade”.

Por su parte el Banco Central informó el viernes que en noviembre a pesar de que el superávit comercial —exportaciones menos importaciones— fue de US$ 714 millones, por los pagos de intereses y de servicios —como viajes y pagos con tarjeta— las operaciones de la cuenta corriente del balance cambiario fueron deficitarias por sexto mes consecutivo: en noviembre el déficit fue de U$S 911 millones versus un saldo positivo de U$S 47 millones en igual mes de 2023.

Ese déficit se produjo porque hubo pagos netos de intereses por U$S 1.108 millones y egresos netos de utilidades, dividendos y otras rentas al exterior por U$S 8 millones.

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La depreciación del real brasileño agrandó el diferencial de precios entre Argentina y Brasil.

La depreciación del real brasileño agrandó el diferencial de precios entre Argentina y Brasil.

En tanto, la cuenta “Servicios” registró un déficit de U$S 530 millones en noviembre “por los egresos netos en concepto de “Viajes, pasajes y otros pagos con tarjeta”8 de “Otros servicios” y de “Fletes y seguros” por USD 491 millones, USD 189 millones y USD 148 millones, respectivamente, parcialmente compensados por los ingresos netos en concepto de “Servicios empresariales profesionales y técnicos” por USD 299 millones”, de acuerdo al Informe del Banco Central (“Evolución del Mercado de Cambios y Balance Cambiario”).

Alvarez Agis reconoce que “claramente para 2024 hay un antes y un después del blanqueo de capitales. A pesar de que el ajuste fiscal fue una realidad desde el comienzo del año, la pata floja del modelo —la externa— solo pudo ser revertida gracias al éxito del blanqueo de capitales, que reforzó las reservas del BCRA”.

Y agrega: “Hasta octubre 2024, quedó claro que el punto débil del esquema era la acumulación de dólares, lo cual volvía al ancla cambiaria absolutamente dependiente del control de cambios. Sin embargo, el éxito del blanqueo de capitales cambió la dinámica macro”.

Hacia adelante, una de las claves es que los que blanquearon mantengan sus dólares en el sistema y/o se vuelquen como demanda de bienes y activos. Los pagos de deuda, la demanda de divisas turística, de importadores y por utilidades de las subsidiarias de empresas extranjeras, en un contexto en que el tipo de cambio está atrasado y el precio de la soja se mueve hacia abajo, requiere que se financie con endeudamiento externo.

Esto explicaría la urgencia del Gobierno en llegar a un nuevo acuerdo con el FMI con desembolsos adicionales al préstamo de U$S 42.000 millones que se adeuda con ese organismo internaciona