Interesantes indicios proponen que, en un mundo lejano llamado Europa, podría existir algún tipo de vida. Para averiguarlo, la NASA despegó con una sonda interplanetaria que viajará hasta allá durante 5 años.
La nave de la NASA Europa Clipper (ilustrada con Júpiter de fondo) llegará cerca de la superficie de la luna Europa en el 2023.
Illustration by NASA, JPL-Caltech
A casi 3 mil millones de kilómetros de la Tierra, orbitando alrededor del planeta Júpiter, existe un mundo congelado llamado Europa. Es una de las cuatro lunas que descubrió Galileo Galilei en enero de 1610. El estudio de esta luna avanzó descomunalmente y hoy se sabe que está cubierta de hielo, pero en su interior parece contener un elemento esencial para la existencia de vida.
AIRE conversó con la astrónoma e investigadora del CONICET, Paula Ronco, para entender la motivación de la NASA para viajar hasta allá y resolver este misterio.
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La teoría más fuerte de la creación de la Luna que tiene la Tierra es la del Gran Impacto. Un objeto celeste habría impactado con la Tierra y uno de esos pedazos que se desprendieron del planeta quedó atrapado por la gravedad. Es decir, que la Luna estaría compuesta de roca terrestre. Varias misiones espaciales fueron hasta la Luna y no hallaron nada. El caso del planeta Júpiter es diferente…
“Las lunas de Júpiter tienen distintas características. Gracias a la gran masa de Júpiter, su atracción gravitatoria ha ido atrapando objetos que se han quedado orbitando el planeta. Son más de 65 lunas las que tiene este planeta gigante gaseoso y siempre se están descubriendo nuevas. Se cree que las cuatro lunas galileanas se formaron junto con Júpiter. Esto quizás es lo que puede dar lugar a que la composición de estas lunas sea diferente”, explicó Ronco.
Para entender la composición de los objetos del universo, es central comprender cómo se forman.
Cuando una estrella comienza a constituirse, se forma alrededor un disco protoplanetario que está lleno de gas y polvo. La compactación de este gas y polvo da lugar a los planetas. En el Sistema Solar pasó esto. Los objetos que quedaron más cerca del Sol reciben más calor de éste, pero los que están más lejos están más fríos, incluso congelados.
“En esta región, donde las temperaturas son más bajas, el agua que hay en ese disco protoplanetario está presente en distintos estados y, cuando estás muy lejos de la estrella central, el agua condensa sobre los sólidos en forma de hielo. Entonces, lo más probable es que los planetas que se encuentren lejos, sean planetas ricos en contenido de hielo”, señaló la astrónoma.
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Lo mismo ocurre con las lunas. Cuando un planeta se forma, alrededor también se forma un disco circunplanetario con gas y polvo en donde nacen lunas. Si el planeta está muy lejos del Sol, como en el caso de Júpiter, las lunas que se formarán a su alrededor también serán heladas.
Algunas de esas lunas pueden tener en su contenido agua, un elemento esencial para la existencia de vida. Pero como están orbitando un objeto que no es una estrella –que da calor–, el agua se encuentra en general en estado sólido.
Pero la clave para la existencia de posible vida es la siguiente. “Estas lunas como Europa sufren un efecto de marea. Una fricción muy fuerte que genera calor interno sobre la luna y ese calor interno es el que creemos puede estar manteniendo el agua que está en Europa en estado líquido”, explicó Ronco.
Europa está cubierta de hielo y su calor interno, clave para los científicos, podría producirse por la interacción gravitatoria con Júpiter.
La astrónoma explicó cómo sería la vida que podrían hallar los científicos de la NASA si confirman primero la existencia de agua en estado líquido en Europa.
“Cuando uno piensa en vida, piensa en algún espacio que tenga agua en estado líquido. Uno busca planetas que estén a una distancia de la estrella que orbitan, de modo tal que la temperatura en esa posición permita mantener el agua en estado líquido”, dijo Ronco. “Por lo antes mencionado, se piensa que la luna Europa de Júpiter contiene en su interior un océano de agua líquida. Lo que se busca ahora es ver si en Europa hay algunas grietas que hagan que el líquido que está dentro de este océano, tapado por esta capa de hielo, pueda ser capaz de salir por la superficie para estudiarlo”, agregó.
“El tipo de vida que uno puede encontrar allí, si es que la hay, es vida probiótica”, aseguró.
“La sonda de la NASA no va a aterrizar en Europa, sino que va a sobrevolarla y, con distintos instrumentos, va a realizar estudios”, dijo Ronco.
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La sonda, que fue lanzada en octubre de este 2024, llegará a su destino para resolver estos misterios en el 2030.
