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Relevan represas agroganaderas en Córdoba para mejorar el uso del agua

La información permitirá planificar mejor el uso del agua en zonas semiáridas y orientar políticas públicas para fortalecer la producción. Se identificaron 1.227 represas activas en Cruz del Eje mediante imágenes satelitales.

Un equipo de profesionales del INTA avanza en el relevamiento de represas agroganaderas en distintas regiones de Córdoba con el objetivo de generar información para la planificación y el uso eficiente del agua en zonas semiáridas.

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El estudio obtuvo los primeros resultados en el departamento Cruz del Eje, en el norte de la provincia, donde se identificaron 1.227 represas activas, con una mayor concentración en las pedanías de San Marcos y Cruz del Eje.

El trabajo, realizado con información provista por satélites, evidenció que estas estructuras cumplen un rol estratégico en la ganadería y la agricultura local, ya que permiten almacenar agua de lluvia y abastecer sistemas de riego.

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A partir del relevamiento, se plantea la necesidad de continuar con mediciones más detalladas y avanzar en políticas públicas que mejoren su integración al sistema hídrico regional.

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En esta ecorregión, caracterizada por la escasez de cursos de agua permanentes, las represas constituyen una herramienta central para garantizar el abastecimiento en los establecimientos productivos.

Según el relevamiento realizado por el CONICET, las represas representan el 18,8% de los reservorios hídricos del Chaco Árido. “Su adopción responde a la necesidad de gestionar eficientemente un recurso escaso en ambientes de alta variabilidad climática”, explicó a AIRE Agro Ernesto Pelliza, principal autor del informe, junto con Diego Pereyra y Nicolás Mari.

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La metodología combinó imágenes satelitales con herramientas de código abierto (QGIS) y datos provinciales.

La metodología combinó imágenes satelitales con herramientas de código abierto (QGIS) y datos provinciales.

Pelliza es ingeniero agrónomo. Durante nueve años trabajó como investigador en Chamical, La Rioja, donde participó de estudios sobre el uso de agua en sistemas ganaderos. Desde hace un año se desempeña como extensionista en la Agencia de INTA Cruz del Eje.

“En los Llanos Riojanos las represas son fundamentales, ya que no hay cursos de agua permanentes. Esa experiencia me motivó a analizar cómo se distribuyen y utilizan en esta región cordobesa”, comentó.

Por definición, una represa es una excavación realizada a campo, generalmente de forma perpendicular a las vías naturales de escurrimiento. Se trata de infraestructuras construidas por los propios productores, con técnicas adaptadas al contexto rural.

“Durante mucho tiempo se hicieron con palas de arrastre tiradas por bueyes, con un ancho de labor de solo 80 centímetros. Luego la tecnología fue evolucionando: hoy esas palas se enganchan a un tractor, y con hasta 4 m3”, explicó.

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Existen registros fotográficos del siglo XIX que dan cuenta de la construcción de estas represas por parte de pobladores que conocían el comportamiento del agua en sus campos.

“Primero se excavaba sobre el costado de la vía de escurrimiento, luego se incorporaron obras de conservación como desarenaderos, disipadores hidráulicos e incluso impermeabilización con geomembranas o bentonita sódica”, detalló.

Los tamaños varían ampliamente. Si bien existen represas públicas de gran escala, como las construidas en La Rioja durante los años 40 bajo gestión estatal, que pueden tener 200 metros de largo por 70 de ancho, la mayoría son privadas y muy diversas.

“En general encontramos estructuras de entre 1000 y 3000 metros cuadrados, con formas irregulares y dimensiones adaptadas a cada terreno”, precisó.

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El relevamiento se basó en un estudio previo de Marcos Niborski (CONICET) sobre represas en el Chaco Árido, que fue complementado con datos proporcionados por la Administración Provincial de Recursos Hídricos (APRHi).

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Estas estructuras cumplen un rol estratégico en la ganadería y la agricultura local, ya que permiten almacenar agua de lluvia y abastecer sistemas de riego.

Estas estructuras cumplen un rol estratégico en la ganadería y la agricultura local, ya que permiten almacenar agua de lluvia y abastecer sistemas de riego.

La investigación abarca las 10 millones de hectáreas que conforman esta ecorregión, incluyendo zonas de La Rioja, Córdoba, San Luis, Santiago del Estero, Catamarca, San Juan y Mendoza. “A partir de ahí identificamos que Córdoba concentra alrededor del 18% del total de reservorios en la región”, indicó Pelliza.

La metodología combinó imágenes satelitales con herramientas de código abierto (QGIS) y datos provinciales. Se trabajó con imágenes a escala 1:3000 y se eliminaron estructuras mal clasificadas, como galpones o tanques, para lograr una identificación precisa de represas.

El Departamento Cruz del Eje tiene una superficie de casi 683 mil hectáreas. La densidad resultante fue de una represa cada 556 hectáreas, con una fuerte concentración en las pedanías de San Marcos (515) y Cruz del Eje (422). Higueras presentó 246 reservorios, Pichanas 43 y Candelaria apenas una.

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“La idea surgió porque no existían datos actualizados sobre estas infraestructuras en Córdoba. Me pareció importante saber cuántas represas hay realmente. Ese número no estaba registrado en ningún lugar”, explicó Pelliza.

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El estudio abre la puerta a investigaciones complementarias. “Lo ideal sería avanzar en la medición de superficies y volúmenes de agua almacenada, lo cual requiere trabajo de campo para relevar la profundidad de cada represa. Es una tarea compleja, pero necesaria si se quiere evaluar el potencial real de estos reservorios”, agregó.

Si bien muchas represas se utilizan para consumo animal, el uso productivo es más diverso en Cruz del Eje. En una etapa futura, se plantea la posibilidad de avanzar en la clasificación de las represas según su fuente de abastecimiento. “Sería posible identificar cuántas se llenan por escorrentía, es decir, con el agua de lluvia que escurre por el terreno, y cuántas se alimentan a partir de los canales que traen agua desde el dique Cruz del Eje, el de Pichanas o los sistemas que hay en la zona de Soto”, detalló.

El trabajo está orientado a técnicos, municipios y organismos vinculados a la gestión hídrica, como el APRHi. “Aspiramos a que esta información sirva para tomar decisiones sobre mantenimiento, ampliación o construcción de nuevas represas. Es un primer paso hacia una planificación más estratégica del recurso hídrico en territorios semiáridos”, concluyó.