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El incidente ocurrió cuando la tripulación percibió ruidos inusuales provenientes de la bodega del avión mientras sobrevolaban la provincia de Córdoba. Ante la incertidumbre sobre la causa, el piloto decidió regresar a Ezeiza por precaución, activando los protocolos de emergencia para un aterrizaje seguro.
La Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) inspeccionó la aeronave y, tras una revisión exhaustiva, no encontró personas ni objetos inusuales en la bodega.
Tras el aterrizaje de emergencia, los pasajeros manifestaron su malestar por la falta de comunicación y las prolongadas demoras. Algunos indicaron haber permanecido dentro de la aeronave durante varias horas antes de recibir una explicación oficial sobre el incidente.
La falta de claridad generó reclamos y pedidos de una mejor atención por parte de la secadora. American Airlines, aunque no emitió un comunicado detallado sobre lo sucedido, reprogramó el vuelo para evitar mayores inconvenientes a los pasajeros.
Este no es el primer incidente reciente de American Airlines en vuelos entre Argentina y Estados Unidos. En agosto de 2024, la aerolínea enfrentó una serie de cancelaciones que dejaron más de 1.000 varados argentinos en Estados Unidos, debido a problemas técnicos y condiciones climáticas adversas.
