En diálogo con Fernando Miguez de Canal 9 Litoral, Nahir Galarza contó su verdad.
La sentencia de Nahir Galarza quedó firme en 2024. A sus 19 años, fue la mujer más joven en ser condenada a una cadena perpetua en Argentina. Como debe cumplir un mínimo de 35 años de condena, la joven recién podrá salir en libertad a los 54 años.
En diálogo con Canal 9 Litoral, Nahir decidió romper el silencio y contar su verdad. “Me parece que es una condena muy injusta y tengo muchas cosas que decir”, dijo en su conversación con el periodista Fernando Miguez.
“Escribir es una manera, para mí, de exiliarme”, explicó Nahir, quien está presentando su primer libro, titulado simplemente “Exilio”, y escrito en colaboración con Vanesa Doglioli.
En la entrevista, Nahir reconoció que vivió una relación con violencia, pero también admitió que no era muy consciente, a los 19 años, de lo que pasaba. “Yo no estaba en una relación de pareja. Fernando era uno de los chicos con los que yo salía, no tenía una relación estable”.
Sobre la mediatización del caso, dice haberse sentido muy afectada, ya que siente que el público y los medios crearon un personaje en el que ella no se ve reflejada. “Era todo muy exagerado”.
En la entrevista, además, se preguntó por qué la condena social y judicial es mucho más fuerte para ella que para otros casos. “Se supone que la Justicia debe ser justa para todos. Yo vivo con chicas en el penal con condenas por lo mismo que yo y ninguna tiene perpetua”, agregó. “Siento que quisieron demostrar que había mujeres que mataban hombres, como dando una condena ejemplar en contra de los movimientos feministas”.
Respecto a la violencia de género que sufrió a manos de Fernando Pastorizzo, Nahir contó que hay pruebas de ese maltrato, como una carta donde él le pedía perdón y llamadas hechas por Pastorizzo donde reconocía un nivel de violencia preocupante.
Sus amigas, su ginecólogo y su masajista reconocieron que Nahir tenía lesiones compatibles con violencia de género, pero no fue escuchada.
En diálogo con Canal 9 Litoral, Nahir explicó también los problemas que surgieron con una perito que estaba a cargo de peritar su celular y que, por irregularidades, fue apartada de la investigación. “Ella misma dijo que falsificó todo y que la obligaron a hacerlo”, agregó Nahir.
Nahir enumera, en la entrevista, muchas irregularidades en el proceso. Además, aclaró que ella había aceptado “hacerse cargo” a cambio de obtener un juicio abreviado, ya que no había testigos ni pruebas concluyentes en su contra. En ese momento, ella había aceptado cumplir una condena de diez años, pero considera que la mediatización del caso le jugó en contra.
De esta manera, esa aceptación inicial de responsabilidad por el homicidio de Fernando, se dio en un marco específico de juicio abreviado, que luego no siguió adelante.
En 2023, la Justicia entrerriana confirmó que la bromatóloga Gabriela Laiño fue presionada para realizar pericias para las que no estaba calificada. Laiño misma había aseverado que había sido forzada por fiscales a peritar los celulares de la joven y del fallecido Pastorizzo en la morgue, haciéndola pasar por “Perito Informática” cuando ella en realidad es bromatóloga y jamás adquirió conocimientos para tal nivel.
Cabe destacar que, cuando se le hizo la prueba correspondiente, no se encontraron rastros de pólvora en las manos de Nahir y asegura que, durante los días que estuvo en un psiquiátrico, no se le hicieron las pruebas correspondientes.
Sobre el futuro, Nahir negó los rumores que aseguraban que pensaba apelar en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Sin embargo, aseguró que piensa “pedir la revisión de mi condena” eventualmente y que, para eso, ahora se dedica a mejorar como persona.
“Trabajo, estudio, hago cursos, estudio idiomas, voy a la iglesia”, explicó en la entrevista. “Para poder demostrar que si tengo un cambio y tengo ganas de poder salir”.
Finalmente, Nahir no dejó pasar la oportunidad de deslizar su deseo a futuro: "Me gustaría que la Justicia sea justa conmigo también. No pierdo mis derechos de persona por estar acá. No pido nada fuera de lo común: los mismos derechos que los demás condenados".
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